Dos palabras que podrían parecer comunes a la vista de cualquiera pero que tendemos a olvidar cuanto impacto positivo o negativo pueden generar en las personas que nos rodean, ya sea en el hogar o en nuestro lugar de trabajo.

Comunicación, clave fundamental en toda relación; sin ella, la primera palabra (Confianza) simplemente no se consigue. Que delicado cuando la comunicación se ve truncada; ejemplos vemos muchos, en las relaciones de pareja se convierte en el cómplice perfecto de la monotonía quienes al unirse consiguen destruir relaciones que muchas veces se consideraban sólidas.

Por falta de comunicación hay guerras y también por falta de comunicación muchos empleados han sido etiquetados injustamente llevándolos a sufrir evaluaciones injustas por parte de sus jefes.

La buena comunicación también trae grandes resultados como lo es la solución pacífica de conflictos; la mejora en una relación de pareja por medio de la interacción lograda a través de un consejero.

La comunicación es a mi parecer el eje principal de desarrollo, con ella progresamos, sin ella nos hundimos. 

Luego viene la confianza, definitivamente hermana inseparable de la comunicación. Sin confianza no hay paz y sin paz no hay progreso.

Si uno de los dos en una relación de pareja no confía, ninguno de los dos tiene paz; el primero por su desconfianza y el segundo por la persecución incesante de su pareja para saber que hace, donde está y con quien está.

Si nos vamos al ambiente laboral, ni se diga; si no hay confianza los resultados decaen, la fórmula no funciona; se vuelve mayor la incertidumbre que los acuerdos.

Bien se dice que uno de los principales valores del liderazgo (si no el principal) es precisamente la confianza. Es la base fundamental de las relaciones laborales e insisto; sin comunicación no se logra.

Un ingrediente fundamental en la elaboración de la confianza es la vulnerabilidad. Esa capacidad de aceptar nuestras debilidades y compartirlas con la otra parte (empleados, pareja, etc). Al abrir esa puerta se entiende que se está dispuesto a cooperar y trabajar en conjunto para buscar los mejores resultados  pero en caso contrario, se consigue apatía (opuesto a empatía), autoritarismo y separación.

A veces caemos en el error de descuidar alguna de estas importantes palabras, que más que palabras son acciones; muchas veces no lo hacemos conscientemente pero igualmente es peligroso.

Ojalá sepamos recordar que con una buena comunicación hasta los conflictos más complicados se pueden solucionar y que perder la confianza es como tomar una hoja de un cuaderno y arrugarla en tu puño, puedes tratar de estirarla nuevamente pero nunca lograrás dejarla exactamente como estaba antes; alguna que otra arruga quedará; por eso, si hoy cuentas con la confianza de alguien, cuídala y dale mantenimiento y nunca la traiciones; es un gran regalo que te están dando. 

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