Los ejemplos que hemos vivido y que tenemos al alcance de la vista con respecto a la importancia al fracaso son inmensurables; y sin embargo, una de las grandes preocupaciones que traen mis coachees (clientes de coaching) a las primeras sesiones es el temor a equivocarse e incluso en ocasiones su determinación a no hacerlo.

éxito y fracaso

Lo podemos ver en el niño cuando aprende a caminar, en el deportista cuando comienza a practicar su disciplina y en el emprendedor cuando inicia sus primeros pasos en el fascinante mundo de los negocios.

Yo mismo lo he experimentado en muchas ocasiones; de hecho en un artículo reciente comentaba cómo en mi primera clase de natación salí molesto conmigo mismo y frustrado pues no logré hacer nada de lo que se esperaba (ver artículo “No hay nada mejor que confrontar tus temores“)

“En ocasiones el temor al fracaso nos congela”

Todo gran logro se ha alcanzado tras una serie de fracasos; de hecho grandes inventos han surgido de experimentos fallidos.

Cuando niños, ni siquiera cuestionamos si fracasamos; simplemente nos levantábamos y seguíamos intentando y de cada intento se aprendía algo nuevo (fuero algo que sí funcionaba o algo que sería mejor evitar en un futuro). El asunto es que conforme crecemos se nos ha venido enseñando que equivocarse es malo; los niños son “educados” enfocándolos en la competencia de ganar siempre; de no sacar malas calificaciones y siempre pensando en ser el mejor de la clase (o al menos de los mejores) y luego la carrera sin fin continúa en el colegio, la universidad y peor aún en el trabajo.

Esta mentalidad poco favorable para el crecimiento ha creado frases como: “ya sabes…”a veces se gana y a veces se pierde.” Las personas la repiten sin mayor deparo simplemente porque no son conscientes de lo que una frase como esta significa. Mi mentor John Maxwell nos dice que el problema de esta frase es que es equivalente a decir: “Espera ganar, espera perder y vive con los resultados“. Lo importante es hacer consciencia de que así NO es como piensan las personas exitosas.

Las personas exitosas (así como los niños cuando no les han grabado la programación de “no equivocarse”) saben que el fracaso es importante y de hecho lo esperan y anticipan porque de esos errores, de esas equivocaciones aprenden no sólo para crecer sino para acercarse a sus metas.

Como siempre he dicho: “Para mí, el fracaso es el hermano gemelo del éxito”

Compártelo en Tweeter; siempre van juntos en el camino.

Ok…posiblemente en este momento se esté preguntando: si el fracaso es tan importante para alcanzar el éxito…¿cómo hago para aceptarlo?

La respuesta es: adoptando una mentalidad de aprendizaje. Si usted desarrolla una mentalidad de aprendizaje sobre cada vez que se equivoca; ésta le permitirá crecer cómo no se imagina y lo mejor es que le ayudará a crear ideas nuevas que le ayudarán a alcanzar sus metas más pronto.

Para ayudarnos con este proceso de aprendizaje, John Maxwell nos comparte en su libro: A veces se Gana, A veces se Aprende, algunas lecciones y características que necesitamos desarrollar.

Aquí se las comparto y le invito a estar pendiente de los próximos artículos donde explicaré algunas de estas lecciones:

  1. Humildad – El Espíritu de Aprendizaje
  2. Realidad – La Fundación del Aprendizaje
  3. Responsabilidad – El Primer paso del aprendizaje
  4. Mejora – El Enfoque de Aprendizaje
  5. Esperanza – La Motivación del aprendizaje
  6. Enseñanza – El Camino del Aprendizaje
  7. Adversidad – El Catalizador de Aprendizaje
  8. Problemas – Las Oportunidades de Aprendizaje
  9. Malas experiencias – La Perspectiva para el Aprendizaje
  10. Cambio – El Precio del Aprendizaje
  11. Madurez – El Valor del aprendizaje

Si usted es de la mentalidad de no equivocarse, no se preocupe, es posible cambiar esa mentalidad por una de aprendizaje; requerirá esfuerzo y concentración pero el resultado bien lo vale. Cuando logramos ser conscientes de la importancia que tiene el fracaso y las equivocaciones en nuestro camino hacia el éxito, somos capaces de confrontar el temor a equivocarnos y por ende dejamos de procrastinar y nos volvemos más activos.

Pregunta: ¿Tiene usted alguna técnica que le ayude a aprender de sus errores?

Compártala con nosotros para aprender juntos!

PS: Si desea profundizar en el estudio de este tema, le invito a que nos acompañe en nuestro próximo Grupo de Mentes Maestras.


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