Cada día son más las personas que encuentro en el camino quienes expresan su deseo por cambiar las cosas, cambiar su realidad, cambiar su trabajo…en fin….cambiar su vida; sin embargo, siempre se presenta la misma paradoja: “Necesito crecer y aprender nuevas cosas para cambiar mi realidad pero ahora no puedo, lo haré más adelante cuando tenga dinero”.

El caso es que esto se convierte en un círculo vicioso porque si no invierte en su propio crecimiento, ¿como espera crecer y cambiar su realidad? Si eso no ha pasado hasta ahora, ¿cómo piensa que su situación económica va a cambiar de la noche a la mañana para entonces ir a invertir en usted mismo?

Inicios de Tony Robbins

Recientemente comencé a estudiar la historia e inicios de Anthony Robbins (conocido como Tony Robbins) quien se conoce hoy día como uno de los pioneros del coaching con PNL (Programación Neurolingüística) a gran escala.

No voy a comentar toda su historia pero me parece importante compartir un detalle muy interesante; tras haber tenido que salir corriendo de su casa y abandonar su idea de ir al colegio cuando tan sólo tenía 17 años de edad porque su mamá lo persiguió con un cuchillo para matarlo (ella sufría de ciertos trastornos), mantuvo un trabajo de limpieza que le generaba tan solo $40 a la semana con lo cual tuvo que aprender a sobrevivir.

Lo que llamó mi atención fue el hecho de que Robbins convencido de que había más en la vida que mantenerse por siempre trabajando en limpieza se inspiró en la historia de Jim Rohn (conocido como el fundador de los discursos motivacionales como carrera en los Estados Unidos) y un año después de su huida de casa, con tan sólo 18 años de edad, Tony se enteró de que Jim Rohn daría un seminario en su pueblo y en ese momento decidió gastar $35 de sus $40 semanales para asistir al seminario.

Esa inversión aún cuando era prácticamente todo lo que tenía (en términos financieros aunque en actitud y determinación tenía más que muchos millonarios) le permitió poco después conseguir un empleo como representante de ventas para los seminarios de Jim Rohn. Con este gran paso, Robbins no sólo comenzó a generar una gran fortuna sino que realizó un giro de 180 grados en su vida.

Para quienes son rápidos formulando excusas podrán decir cosas como: “bueno, pero es Tony Robbins…ya traía algo en sus genes para llegar a hacer eso” o tal vez “bonita historia pero…mi historia es peor y si usted supiera…” y así muchas otras.

Lo sé porque yo mismo me inventé muchas de ellas por mucho tiempo y más aún, todavía hoy de vez en cuando surgen ciertas voces que me invitan a crear nuevas excusas para darle cabida al temor; la única diferencia hoy día en mi caso es que no permito que esas voces me controlen y además tengo coaches y mentores que me ayudan a ver las cosas diferente cuando lo necesito.

Una vez más….qué es primero…¿el huevo o la gallina?; qué es primero, la pantalla de TV por la que he venido ahorrando, las mejengas de Fut5, las salidas a tomar unas cervecitas con mis amigos, el pago del cable para ver la novela y las noticias todas las noches…(y las lista interminable puede seguir) o la inversión en mi crecimiento personal.

La intención de este artículo es plantar en ustedes la semilla del realismo… deseo invitarlos a cuestionar sus excusas y buscar la forma de confrontar su temor para hacerse responsable de ese cambio que tanto desea.

Inicios de Líderes Determinados

¿Por qué lo hago?
Porque yo mismo he tenido que confrontar excusas y decisiones similares. Afortunadamente a mí no me persiguió mi mamá con un cuchillo (aunque sí llegué a ver algunas chancletas voladoras jajaja pero eso es otra historia); sin embargo la única razón por la que hoy puedo escribirles como dueño de mi empresa y más aún, dueño de mis sueños es porque cuando supe que certificarme con John Maxwell en Orlando, USA me costaría cerca de los ocho mil dólares, yo no tenía ni $500 guardados en mi cuenta bancaria. En ese entonces ganaba bien en la empresa en la que trabajaba pero no era feliz y el dinero que entraba, así de rápido se iba… por dos años postergué la idea de certificarme siempre con la excusa de que no tenía dinero…y sí, eso era cierto pero la vez era una excusa porque el hecho de que ese dinero no estuviera en mi cuenta bancaria no significaba que no hubiese forma de lograr hacerlo posible.

Por dos años alimenté la creencia de que un día cuando ahorrara el dinero entonces iría a certificarme…qué absurdo auto-engaño. Allí estaría aún en un cubículo “soñando” que eso un día pasaría.

Verás,

 Así es y si usted ha estado diciendo frases como las que he mencionado y este tema le resuena en su cabeza, déjeme decirle que aunque no conozco su situación personal, posiblemente usted también tiene un problema de decisión.

Cuando tomé la decisión de invertir en la certificación con Maxwell, igualmente no tenía ni $500 en mi cuenta de banco pero en esa ocasión lo que sí tuve fue la convicción de hacer que esto funcionara y así en contra de toda recomendación financiera, pagué todos mis gastos con una tarjeta de crédito. Así nació Líderes Determinados y puedo decirles que no me morí en el intento.

Hoy a dos años de haber renunciado voluntariamente a mi antiguo empleo, puedo decirles que he crecido más desde ese momento, desde esa decisión; que en los cinco años previos a ese momento.

Amigo, amiga… no digo con esto que sea fácil; estoy seguro que tampoco fue fácil para Tony Robbins pero es que no se trata de que sea fácil; se trata de creer en lo que deseas lograr y de asumir la responsabilidad de crearlo tú porque nadie en el mundo lo va a crear por ti.

Si has venido postergando tu crecimiento personal, te invito a preguntarte… ¿qué será primero, el huevo o la gallina?

Ni Tony Robbins ni Minor Arias somos más o tenemos algo adicional que usted no tenga…yo creo en usted pero la pregunta verdadera es… ¿Usted, cree en usted?

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